Una pareja de unicornios
blancos habitaba y disfrutaba del bienestar de la sabana. Compartían ese
paraíso con otras especies de animales. Cuando la hembra dio a luz un precioso
bebe rinoceronte, la extinción de los unicornios se tornó irreversible.
Rosarino (1959), de los pagos de Roberto Fontanarrosa. Se autoflagela como “Experto en situaciones irrelevantes” y las amontona en el blog cuasi humorístico “Letra Chica”. Participación en el libro “Historias de El Cairo” de Rafael Lelpi y Marcelo Menichetti, como única hazaña.
Edita la bitácora Letra chica
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Un hijo único para padres únicos. Y un excelente micro, felicito al autor.
ResponderEliminarCariños,
Mariángeles
Excelente!
ResponderEliminarMe encanta que les haya gustado. Saludos.
ResponderEliminar¡Jajaja! Buenísimo.
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