Las vacas, esqueleto y piel oscura, parecen
espectros cubiertos de tul negro.
Unas, más pesadas,
deambulan levitando sobre la tierra estéril de acá para allá según los
caprichos de la brisa.
Otras, más livianas,
ganan altura libremente y hay que sujetarlas por el cuello con largos hilos
como a un ramillete de globos de luto.
A veces, una ráfaga
de viento corta una atadura y la pobre infeliz se ahoga en una nube.
Microrrelato inédito cedido por su autor
Héctor Bassi por Héctor Bassi
Nací en Resistencia, Chaco, en 1945, y soy porteño por adopción: mis padres vinieron a Buenos Aires cuando tenía 11 años. Soy veterinario (UBA), pero ya no ejerzo y me dedico a la producción agropecuaria.
Me gustaría contarte una bio como la de Groucho Marx que empieza diciendo "Nací a muy corta edad"
Quedo felizmente ahogado.
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