A dos manos - Lola Sanabria

Entrabas en la sala comenzada la película y elegías tu presa. Admiraba la delicadeza de tu mano derecha deslizándose por la piel ávida de caricias, la agilidad con que sacabas limpiamente la cartera con los dedos de la otra. 
Conmigo te costó algo más de tiempo, empeñada en implicar a tus dos manos en el gesto amoroso. Fracasé.

Sé de tu disgusto, el billetero es de plástico y sólo contiene esta nota. Pero puedes recuperar el tuyo, aligerado de peso, con toda la documentación, en la papelera que hay a la entrada de nuestro cine que, estoy segura, seguirás frecuentando.





Tomado de la bitácora Lola Sanabria

Lola Sanabria según Lola sanabria: 

El día que cumplí quince años me regalaron una golondrina con un ala rota. Algunos dicen que está enterrada bajo el cemento del patio, pero yo creo que se quedó a vivir dentro de mí para siempre. Después llegarían más y se cumpliría lo que me decía mi madre: “Hija, tienes muchos pájaros en la cabeza”.
     Nací en un pueblo de Córdoba, en una casa grande llena de gente. El sur, rodeada de personas y con pájaros en la cabeza. Estaba cantado que acabaría inventando historias.





Tarjeta obsequio

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