Quizás mañana, se dijo, sin mucha convicción. Quizás mañana, con la noche de por medio,
descubriera de dónde venía. Había revisado milimétricamente, ajustando todo, y
aún así, no lograba eliminar el chirrido. ¿Le seguiría faltando? Imposible;
todavía escarmentaba la carencia de la última vez. Como quien pone un manto de
piedad, se tapó con la sábana. ¿Que no era perfecta? ¿Que no resplandecía? Eso
está por verse, alcanzó a murmurar antes de que el sueño lo venciera. Cansado,
desvencijado por el temor, el sufrido metal de su armadura quedó en silencio.
Tomado de la bitácora Una fina cuerda de incertidumbre
Mariángeles Abelli Bonardi (Neuquén, 1974) es Profesora y Traductora de Inglés.
Participó en las antologías Escritura Furtiva(Ruedamares, 2005), Cielo de relámpagos (Ruedamares,
2008)¿Vacaciones? ¡Si yo te contara! (La
Esfera Cultural, 2013), Plumas
al viento (Ed. Casa de las
Leyes, 2013), y ¡Basta! 100
mujeres contra la violencia de género (Ed.
Macedonia, 2013). En 2010 publicó su primer libro, Ecos del decir (poesía, prosa poética y haikus / Ruedamares). Algunas de sus
producciones pueden leerse en su blog, Una fina cuerda de incertidumbre,
Tarjeta obsequio |
Todos necesitamos de una dura armadura para enfrentarnos a una realidad más dura aún. La mía, como la del protagonista de tu hermoso texto, chirría por todas partes, aunque no por eso dejo de sacarle todo el brillo que puedo. Palabras sensibles y una lectura muy grata. Un abrazo.
ResponderEliminarEl hecho de que la armadura chirríe es lo que nos hace humanos,ÁNGEL, pero concuerdo con vos; hay que sacarle brillo todos los días.
EliminarMe complace que el mini sea de tu agrado, gracias por pasar a comentar.
Cariños, M.
Hermoso mini, Mariángeles. Sorpresivo el final y agradable de leer. Como dijo Angel, cuesta tener la armadura en buen estado pero siempre nos queda la esperanza, verdad?. Un abrazo, amiga.
ResponderEliminarAsí es, ROSY, siempre nos queda la esperanza de que el valor vuelva a brillar en la armadura.
EliminarQué bueno que el final te fuera sorpresivo y la lectura agradable. Fue muy lindo encontrarme con tu comentario.
Otro abrazo para vos, M.
Hola, Patricia. Aprovecho que entré al nido a leer para decirte lo lindo que está y volver a agradecerte el espacio que me diste. Viene muy bien tu mínima antología.
ResponderEliminarCariños, Mariángeles
Merecido espacio Mariángeles, hermoso relato.
ResponderEliminar