Ya no sabía cómo arrancarse el pasado: ningún método podía contra esa sombra que habitaba en su vida. Lo hecho, hecho estaba, y era irremediable. Pero cada noche la culpa le pesaba. Entonces, le fue imprescindible entender que era necesario apagar la mirada y concentrarse. Aunque a pesar de todo intento no claudicó el viento que arrastraba el nombre a su boca. Entonces tomó todas las luces de la casa y las dispuso apuntándole directo, por los cuatro costados, para que las sombras desaparecieran. Tapió las aberturas y la puerta de calle, enhebró el hilo grueso y lento, muy lento, se atravesó la primera puntada sobre el labio inferior.
Eduardo E. Vardé, Felicidonia, Prólogo: Ricardo Bugarín, Contratapa: Damián Martínez, Editorial Micrópolis, Lima, Perú, 2017
Eduardo E. Vardé (Buenos Aires, 1984)
Estudiante del Profesorado de Lengua y Literatura y de la especialización en Escritura y Literatura para nivel Secundario. Autor de L.C.D.A. (2009) y Dos veces breve (2013)
Participó en la VII Jornada de Microficción de la 41º Feria del Libro de Buenos Aires y del IX Congreso Internacional de Minificción (Universidad Nacional de Comahue)
La culpa y sus sombras infinitas. Qué bien se camina por el relato hasta el duro final.
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