Cambio climático - Jesus Esnaola Moraza
Interrumpen las fiestas el miércoles de carrera, como ellos lo llaman, para acercarse al bosque que limita al pueblo por el este. Se quedan observándolo para decidir hacia dónde se mueve. Si llegan a la conclusión de que el bosque se aproxima al pueblo, se alegran y después van a celebrarlo. Si, por el contrario, el bosque ha iniciado una lenta pero decidida retirada, los del pueblo se lamentan y van a beber, esta vez para olvidar su tristeza. Y, por la noche, hay disturbios. Sea cual sea la actitud del bosque que algunos ven quieto, donde siempre.
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