Pero el Señor se equivocó cuando pensó que, por ser de una
misma especie, las parejas se atraerían entre sí y sólo entre sí. Inmensa fue
su sorpresa cuando, pocos meses después de terminado el diluvio, vio nacer
minotauros, sirenas, pegasos, grifos, centauros, esfinges, sátiros, unicornios,
ornitorrincos...
Tomado de la bitácora Me podés leer acá
Leo Dolengiewich por Leo Dolengiewich:
Leo Dolengiewich por Leo Dolengiewich:
Nací en 1986 en Mendoza, Argentina. Soy estudiante de Psicología y escritor de narrativa.
Mis microficciones han sido publicadas en antologías, en revistas literarias y en sitios web especializados en el género, tanto de Argentina como de otros países, como Chile, Perú, México y España.
Actualmente, me encuentro preparando mi primer libro, que verá la luz en el año 2015.
Sólo sorprender al Señor ya tiene mérito. Si además es con ese desfile de sueños, aún estará recapacitando sobre su obra.
ResponderEliminarBeso
Hola, acabo de iniciar el proyecto 365: escribir un relato cada día del año. He encontrado tu blog a través del blog de Elena Casero. Me planteo añadirte a mi lista de blogs que sigo. Qué te parece si te das una vuelta por mi blog y decides si me sigues también? Mi blog es http://pepitas-de-oro.blogspot.com.es
ResponderEliminarOrnitorrincos. Qué gran animal.
ResponderEliminarY qué gran micro.
Gracias a Patricia por este espacio y a Leo por este micro.
Abrazos