"¿Es del todo inocente la
soga que rompe, con tajante restallido,
el cuello de los condenados?"
Alberto Díez Canseco
Algo en la
naturaleza dúctil y alargada profiere una especie de voluntad maligna. Por eso
los espaguetis se ensañan unos con otros en el plato y las cuerdas se enmarañan
solas en sus rincones, como si quisieran estrangularse en sus propios nudos.
Más complejo es
el caso de los cables. Su cubierta aislante los hace poderosos y cada vez que
diferentes tipos deben compartir el mismo espacio se arma una silenciosa y
tenaz batalla: el cable de electricidad, cuando siente la cercanía de un cable
de red, lo ataca sin piedad, mientras que su contrincante trata de defenderse
con la misma táctica ofidia de enredarse alrededor de su enemigo hasta sofocarlo.
Este conflicto,
como todos, cobra víctimas inocentes: los cables del teclado y el ratón. Por
ser más delgados, tratan de no tomar parte en la contienda, pero no lo pueden
evitar y terminan embobinados alrededor de todos.
El resultado,
por supuesto, es un embrollo atroz que los técnicos encuentran cada vez que
deben meterse bajo una mesa para arreglar una computadora. Se los oye maldecir
entre dientes, porque los cables no toleran que los desenreden y resisten con
todas sus fuerzas.
Henry Ficher
Estados Unidos, 1960. Vivió muchos años en Colombia, ahora reside en Israel). Minicuentista, traductor, antólogo. Fue junto a Guillermo Bustamante Zamudio y Harold Kremer el fundador y director de Ekuóreo, una de las primeras revistas latinoamericanas dedicadas a la minificción. Ahora es forma parte de la versión digital de la revista. Ha publicado “Historias plausibles” (2015)
Me gusta. Muy original. Pero, no sé por qué encuentro que al final se deslizó un poquito. Esperaba un final más contundente. Como que perdió fuelle. Bueno, es mi apreciación. Gracias por compartirlo.
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