Compró,
como siempre, con austeridad y decoro. El dispendio le era ajeno: bastaba con
lo necesario en cantidad moderada. Una larga vida le había enseñado a vivir de
esa manera. Vació el carro y colocó las adquisiciones sobre la cinta
deslizante. La cajera lo miró apenas y comenzó a leer los códigos de barra de
los productos. Le dio la suma y el anciano deslizó la tarjeta por el lector.
Sonaron las alarmas de un modo terrible. Se encendieron unos potentes focos.
Por el parlante surgió aquella voz metálica: PENSIÓN EXTINGUIDA. Quiso escapar,
pero no fue posible; ya estaba rodeado por guardias. Se lo llevaron, él sabía
adónde. Caminó en silencio, con la boca apretada y los ojos inundados de
lágrimas. Un mozo joven devolvió los productos a los relucientes anaqueles.
Diego Muñoz Valenzuela
(Constitución, 1956)
Ha publicado diez libros de
cuentos y microcuentos y cuatro novelas. Cultor de la ciencia ficción y del
microrrelato. Libros suyos han sido publicados en España, Croacia, Italia y
Argentina. Traducido al croata, francés, italiano, inglés, ruso, islandés y
mapudungun. Premio Consejo Nacional del Libro 1994 y 1996.
Fotógrafa: MARÍA EUGENIA LAGUNAS |
La verdad es que me da una tristeza inmensa, sabiendo bien que quizás aquí cerca alguien pasa por una situación similar.
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