La niña sólo tenía cuatro años, sus recuerdos, probablemente, ya se habían desvanecido y su madre, para concienciarle el cambio que les esperaría, la llevó a la cerca de alambre de espino y, desde allí, de lejos, le enseñó el tren.
—¿No estás contenta? Ese tren nos llevará a casa.
—Y entonces ¿qué pasará?
—Entonces ya estaremos en casa.
—¿Qué significa estar en casa? —preguntó la niña.
—El lugar donde vivíamos antes.
—Y ¿qué hay allí?
—¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás, encontremos también tus muñecas.
—Mamá ¿en casa también hay centinelas?
—No, allí no hay.
—Entonces, de allí ¿se podrá escapar?
—El lugar donde vivíamos antes.
—Y ¿qué hay allí?
—¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás, encontremos también tus muñecas.
—Mamá ¿en casa también hay centinelas?
—No, allí no hay.
—Entonces, de allí ¿se podrá escapar?
VV,AA., Obras Maestras del Relato Breve, Editorial Océano, Barcelona, España, 2005
István Örkény (1912 - 1979), uno de los grandes narradores y dramaturgos del siglo XX. Miembro de la clase media alta -la familia Örkény poseía varias farmacias en Budapest-, participó como soldado en el frente ruso, donde fue hecho prisionero. A su regreso a Hungría escribió bajo las normas del "realismo socialista", estilo que abandonó más tarde para producir su verdadera obra. En 1968 sus Cuentos de un minuto irrumpieron en la vida literaria húngara causando un gran impacto. Son ejemplos clásicos del cuento hiperbreve, en los que alternan exquisitos juegos entra la lógica razón y la fantasía más extrema. No se trata de narraciones experimentales, sino más bien producidas por un hombre que ha visto y vivido mucho, y que incluso ha sufrido los horrores de la guerra. El equilibrio entre clasicismo, ironía, compromiso, ternura, parodia, fantasía y realismo hacen de sus cuentos obras maestras de la literatura moderna.
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