La joven
preguntó al extraño caminante:
—¿Cómo es
el laberinto?
Él la vio
a los ojos y preguntó a su vez:
—¿Quieres
entrar?
— ¡No!
¡Me da miedo! —respondió ella enseguida.
El hombre
echó a andar despacio, en su rostro se dibujaba una sonrisa. Se detuvo y volteó
hacia la hermosa joven:
—Comienza
a buscarte, hace varias lunas que estás dentro.
Continuó su camino.
Continuó su camino.
Tomado de la bitácora Antología Virtual de Minificción Mexicana
Oscar Martínez Molina (Yajalón, Chiapas, 1958). Ha
participado en los talleres de escritura: Laboratorio de Escritura
Autobiográfica (poeta Víctor Sosa) de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. Y
en el de Cuento (Leo Mendoza) de la Escuela de escritores Sogem. Primer
lugar en la categoría de cuentos del Concurso de Creatividad literaria Pemex
2007, con el cuento “La aguja de arria”. Su cuento “Le
juro que fue la luna” forma parte de la antología Más cuentos
irónicos (Selector).
Publica sus cuentos desde 2003 en La página de los
cuentos. Y participa en el Blog: Médicos
Mexicanos por la cultura y el arte. Es médico Cirujano
Ortopedista por la UNAM. Profesor de posgrado del curso de Ortopedia y
traumatología UNAM. Autor de artículos de la especialidad. Coautor del libro: Patologías del
hombro (Ed. Alfil). Actualmente en
proceso su primer libro de cuentos (Endora ediciones), y en formación, la serie
de mini-relatos Laberintos, de la que se desprenden estos cinco minis.
Nacemos con laberinto y desde que tomamos conciencia lo andamos recorriendo. Unos salen, otros se quedaran. buen micro, de Oscar... Un abrazo grande.
ResponderEliminarque cierto es. Buena elección
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