Dos hombres hacen
amistad en un bar al calor de unas buenas cervezas. En algún momento de la
noche uno le dice a otro cerca del oído:
—Viejo, guárdame
el secreto: soy Dios.
El otro, soltando el humo del cigarro por la
nariz, no tiene inconveniente en sincerarse:
—Tranquilo, viejito: soy el Diablo.
Siguen bebiendo.
Tomado de la revista e-Kuóreo
Comité de dirección: Guillermo Bustamante Zamudio, Harold Kremer, Henry Ficher.
Clinton Ramírez, breve bioliteraria acá
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