Ver a un funambulista sobre el alambre, asombra. Que otro funambulista
se dirija hacia él desde el extremo opuesto, impresiona. Que al cruzarse en el
centro del alambre uno de ellos le de un empujoncito al otro y este último
caiga sobre el centro de la pista, impacta. Que fallezca, es lógico.
Básicamente le impacta al público, que desconoce los entresijos del circo. Pero
a ti no debería sorprenderte ¿A quién se le ocurre subirse al alambre con deudas
pendientes? Es como darle la espalda a la lanzadora de puñales mientras
mantienes un romance con su esposo. Eso lo aprende cualquier becario en la
primera semana. Al alambre se viene con todo pagado, es algo esencial, parece
mentira que, a estas alturas, tengamos que hacer hincapié en detalles tan
básicos. Por eso estás muerto, Harry, por descuidado ¿Cuándo aprenderás?
José Manuel Dorrego Sáenz por José Manuel Dorrego Sáenz:
He sido ganador o finalista de concursos organizados por El País, La razón, RNE, Onda Madrid, Cadena Ser, Escuela de escritores (El asomombrario), Madid Sky, UNED, Renoir o Augusto Monterroso. En 2015 publiqué el libro de microrrelatos “El contrabajista del Titanis” y actualmente estoy preparando un híbrido de novela/ensayo/microrrelato sobre el mundo del circo.
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