El optimista dijo: -Llegaremos. Ya se ven las primeras
luces. Aprieta el paso.
El pesimista replicó: -No llegaré. Tengo los pies
llagados, me duelen todos los huesos y cada articulación. Estoy desfallecido.
Jamás llegaremos, es imposible.
El optimista repitió su exhortación para alcanzar la meta, un último esfuerzo.
El optimista repitió su exhortación para alcanzar la meta, un último esfuerzo.
El pesimista se tiró al suelo. Ya no tenía ánimos para
continuar.
El optimista alcanzó las primeras casas del infierno a la mañana siguiente y no había perdido la sonrisa del triunfo cuando lo destinaron a las calderas más cercanas.
El pesimista despertó ese día con el cuerpo triturado, y dando un vistazo a su alrededor se percató del paisaje apacible que dominaba desde allí, nubes bajas bien algodonadas, cómodas a la vista y al tacto.
El optimista alcanzó las primeras casas del infierno a la mañana siguiente y no había perdido la sonrisa del triunfo cuando lo destinaron a las calderas más cercanas.
El pesimista despertó ese día con el cuerpo triturado, y dando un vistazo a su alrededor se percató del paisaje apacible que dominaba desde allí, nubes bajas bien algodonadas, cómodas a la vista y al tacto.
Comprendió que había llegado al paraíso cuando dos
seres alados lo tomaron de la mano tiernamente y lo depositaron con suavidad en
sus aposentos afelpados.
De la revista digital Brevilla
Dirige: Lilian Elphick
Saturnino Rodríguez Riverón. (Placetas, Cuba, 1958).
Narrador y poeta. Ha obtenido premios y menciones en diversos concursos nacionales e internacionales. En 1999 obtiene el Premio Calendario Narrativa con el cuadernoManuscritos en papel de cigarro ( Ed. Abril, 2001): Ha publicado además Cuentos de papel( Letras Cubanas, 2007); Muchas veces mucho (Letras Cubanas, 2013 y Tres toques mágicos. Antología de la minificción cubana, Editorial Letras Cubanas, 2017.
Trabaja como periodista en la emisora Radio Reloj, de La Habana.
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