Furtiva - Elisa de Armas
Llega los viernes, media hora antes de cerrar, y se demora eligiendo los cuatro títulos que está permitido retirar en préstamo. Desde el mostrador observo cómo procura apurar el tiempo, esperanzada en que, con mis prisas por acabar la jornada, su acción pase desapercibida. Cuando sale por fin, la bolsa de libros en bandolera, me dirijo al tercer anaquel de la derecha donde, entre Los tres mosqueteros y El cuarteto de Alejandría, ha depositado la novela impresa y encuadernada artesanalmente —Las sombras del enigma, por Ángela Duque— que yo, como cada semana, arrojo al contenedor de la basura.
Tomado de la bitácora Pativanesca
Elisa de Armas, Sevilla, (España). Profesora de Lengua y Literatura en un instituto de enseñanza secundaria. Como
escritora aficionada cultiva el microrrelato y mantiene el blog Pativanesca (http://pativanesca.blogspot.com/).
Algunos de sus textos han sido publicados en antologías del género. Es asidua
participante de la Marina, taller de minificciones de Ficticia, donde ejerce
como tallerista del día uno de cada mes.
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Tarjeta obsequio |
Qué buena idea
ResponderEliminaraunque, por otro lado, la tira siempre y no la lee???
A lo mejor no es tan buena idea.
Y qué bien, Elisa!!
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ResponderEliminarDecía Thoreau que tenía una biblioteca con más de ochocientos libros, la mayoría de los cuales había escrito él mismo. Algo así le pasa a este personaje.
ResponderEliminarDeja una mezcla de sensaciones este micro. Por un lado, enternece la ilusión y la persistencia de la escritora furtiva (ella quiere que la lean, no mide ni riesgos ni costos), y, por otro, da bronca esa indiferencia adquirida del bibliotecario, pero ¿quién puede culparlo, si está haciendo lo que se supone que debe hacer?
ResponderEliminarMuy bueno, Elisa. Me gustó.
Cariños, Mariángeles
Un final inesperado que me hace girar la vista donde tengo las estanterías de los libros...
ResponderEliminarMe encantó, besos.
Saludos. Me gustó tu cuento.
ResponderEliminarMuy bueno, Elisa, me gustó.
ResponderEliminarSaludos.